Para evitar que se vuelva a ensuciar el terreno y ya pensando en la futura obra, decidimos cerrar con un alambrado económico inmediatamente después de la limpieza. El terreno ya parecía una estancia, le puse la "Ponderoja", pero al final nadie entendió nada, me decían que tenía que ser la Ponderroja, otro ni sabían a que me refería, en fin un fracaso el chiste.
miércoles, 12 de marzo de 2008
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